lunes, 31 de agosto de 2009

MES DE SEPTIEMBRE EN HONOR DE LOS SANTOS ÁNGELES



Este mes de septiembre está dedicado a honrar a los Santos Ángeles, ya que en él se celebra la gran festividad de san Miguel Arcángel, originalmente dedicada a todos los bienaventurados espíritus celestiales (como se puede ver por la colecta de la misa del 29 de septiembre). Ya el Credo asegura su existencia. Así, en el Símbolo niceno-constantinopolitano rezamos: “Credo in unum Deum, Patrem omnipotentem, factorem clei et terrae, visibilium ómnium et invisibilium” (Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible). En la Biblia aparecen los espíritus angélicos del principio al fin, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Se nos presentan como mensajeros de Dios, encargados de importantes misiones en orden a la economía de salvación y auxiliadores de los hombres.

Un ángel se aparece a Abraham para impedirle sacrificar a su hijo Isaac; dos visitan en Sodoma a Lot para advertirle que huya de la ciudad destinada a la destrucción; Jacob ve una escala por la que ascienden y descienden del cielo los ángeles de Dios; el arcángel Miguel se muestra a Josué ante Jericó y es señalado por el profeta Daniel como el protector del pueblo de Israel; el arcángel Gabriel se aparece al mismo profeta para revelarle los misterios de los últimos tiempos; el arcángel Rafael acompaña y protege al joven Tobías en sus vicisitudes; el Evangelio de san Lucas habla de la embajada del arcángel Gabriel a la Santísima Virgen; los ángeles aparecen sirviendo a Jesús después de sus tentaciones en el desierto; otro ángel le consuela en la agonía de Getsemaní; dos ángeles anuncian la Resurrección a las pías mujeres; otros dos anuncian a los discípulos la Parusía después de la Ascensión de Cristo; un ángel libera a san Pedro de su prisión; en el Apocalipsis aparecen precediendo la Segunda Venida de Cristo y acompañándole en santas miríadas en su triunfo sobre el Anticristo, la Bestia y sus secuaces.

¿Cuál es la naturaleza de los ángeles? Son puros espíritus, dotados de entendimiento y voluntad. Pero a diferencia de nosotros los seres humanos, no conocen discursivamente sino por inmediatamente por intuición. Su voluntad es asimismo mucho más perfecta que la nuestra. Una vez que han formado una intención la ponen en acto sin marcha atrás y sin desistimiento. Cada ángel es único y constituye una especie en sí misma. Evidentemente, no estando dotados de cuerpo material, no tienen forma ni sexo, aunque al manifestarse a los hombres adquieren forma humana para que puedan éstos percibir por los sentidos lo que Dios quiere comunicarles por medio de sus mensajeros. Los ángeles ejercen poder sobre las cosas materiales y las fuerzas de la naturaleza por su pura acción espiritual.

Los ángeles tienen su propia historia, que viene a ser como nuestra “prehistoria espiritual”. Antes de la creación material, Dios produjo de la nada millones y millones de espíritus para su mayor gloria y su servicio. Estableció entre ellos una jerarquía de tres órdenes divididos en nueve coros. El primer orden fue dedicado a Dios Padre, constando de tres jerarquías: serafines, querubines y tronos; el segundo orden fue dedicado a Dios Hijo, estando compuesto de otras tres jerarquías: dominaciones, potestades y virtudes; el tercer orden, en fin, fue dedicado al Espíritu Santo y quedó conformado de otras tres jerarquías: los principados, los arcángeles y los ángeles. Se cree que Dios sometió a sus ángeles a una prueba (algunos sostienen que se trató de la revelación de la creación del hombre). El más hermoso de los serafines, llamado Luzbel, se rebeló contra su Creador al grito de “Non serviam!” (No obedeceré) y arrastró tras de sí a la tercera parte de los espíritus celestiales, entablándose una batalla en el cielo con los ángeles fieles capitaneados por un humilde arcángel: san Miguel, el cual respondió al soberbio serafín con la exclamación que le dio el nombre “Quis ut Deus?” (Quién como Dios?). Luzbel y sus secuaces fueron arrojados al tártaro, siendo privados de la visión de Dios por toda la eternidad. El acto volitivo de rebelión fue instantáneo y no cupo arrepentimiento. Así fue como surgieron los demonios, con Lucifer o Satanás, como su jefe.

Dios creó entonces el mundo material, haciendo rey de él al ser humano, al que creo a su imagen y semejanza, dotado de entendimiento y voluntad, aunque sometido a las limitaciones de la carne. Los hizo varón y hembra para que fueran un icono de la Trinidad. También les puso una prueba, que no superaron, pero, a diferencia de los ángeles rebeldes (cuya voluntad era inflexible y como fosilizada en el mal), les ofreció la Redención en su Hijo, que se encarnaría para salvar a la raza humana. Ciertos teólogos sostienen que Dios tiene previsto cubrir con los elegidos de entre los hombres los puestos dejados vacantes por los ángeles caídos. Éstos intentan por todos los medios tentar a aquéllos y arrastrarlos a la común condenación. Pero Dios ha dispuesto que los ángeles buenos ayuden a sus criaturas humanas a perseverar en su gracia y salvarse. Ha dispuesto un ángel guardián para cada hombre; pero además, otros ángeles protegen las naciones, las sociedades, las ciudades y las comunidades humanas. Nunca sabremos en su justa medida hasta qué punto estamos en deuda con nuestros hermanos mayores de la creación; por eso hemos de invocarlos con frecuencia, honrarlos y darles gracias por su asistencia tanto espiritual como temporal, pues no sólo nos asisten en nuestras tentaciones, sino también en nuestros peligros materiales.

El día de la semana dedicado especialmente a los Santos Ángeles es el martes. Procuremos santificarlo siempre con ejercicios de piedad, especialmente oyendo la Santa Misa en su honor y encomendando a Dios nuestras intenciones por su intermedio. En este mes de septiembre, además, dediquémonos a profundizar en la teología de los ángeles, para lo que recomendamos la lectura de un clásico: el tratado De coelesti hierarchia (Sobre la jerarquía celestial) del Pseudo-Dionisio Areopagita. Lamentablemente no se encuentra todavía en la red en su traducción castellana, pero vale la pena comprar el volumen de las Obras Completas de este autor publicado por la Biblioteca de Autores Cristianos (BAC).

CORONA ANGÉLICA O DE SAN MIGUEL





Veni, Sancte Spiritus, reple tuorum corda fidelium, et tui amoris in eis ignem accende.
(Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.)

V. Emitte Spiritum tuum et creabuntur.
(Envía tu Espíritu y todo será creado.)
R. Et renovabis faciem terrae.
(Y renovarás la faz de la tierra.)

Oremus. Deus, qui corda fidelium Sancti Spiritus illustratione docuisti: da nobis in eodem Spiritu recta sapere, et de eius semper consolatione gaudere. Per Christum Dominum nostrum. R. Amen.
(Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus fieles con la luz del Espíritu Santo; haznos dóciles a sus inspiraciones, para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.)

Sancte Michaël Archangele, defende nos in praelio. Contra nequitiam et insidias diaboli esto praesidium. Imperet illi Deus, supplices deprecamur. Tuque princeps militiae caelestis, Satanam aliosque spiritus malignos, qui ad perditionem animarum pervagantur in mundo divina virtute in infernum detrude. Amen. (Arcángel San Miguel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tu príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el divino Poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo, para la perdición de las almas. Amén).


SALUTACIÓN I

Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del celeste coro de Serafines, suplicamos al Señor nos haga dignos de una llama de perfecta caridad. Amén.

Un Padrenuestro y tres Avemarías al primer coro angélico.


SALUTACIÓN II

Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de Querubines, quiera el Señor concedernos la gracia de abandonar el camino del pecado, y de correr por el de la perfección cristiana. Amén.

Un Padrenuestro y tres Avemarías al segundo coro angélico.


SALUTACIÓN III
Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del sagrado coro de los Tronos, infunda el Señor en nuestros corazones un espíritu de verdadera y sincera humildad. Amén.

Un Padrenuestro y tres Avemarías al tercer coro angélico.


SALUTACIÓN IV

Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de las Dominaciones, quiera el Señor concedernos la gracia de poder dominar nuestros sentidos y corregir las pasiones depravadas. Amén.

Un Padrenuestro y tres Avemarías al cuarto coro angélico.


SALUTACIÓN V

Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del celeste coro de las Potestades, dígnese el Señor librar nuestras almas de las asechanzas y tentaciones del demonio. Amén.

Un Padrenuestro y tres Avemarías al quinto coro angélico.


SALUTACIÓN VI

Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro de las admirables Virtudes celestiales, no permita el Señor que caigamos en las tentaciones, sino que nos libre de todo mal. Amén.

Un Padrenuestro y tres Avemarías al sexto coro angélico.


SALUTACIÓN VII

Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de los Principados, dígnese Dios llenar nuestras almas del espíritu de verdadera y sincera obediencia. Amén.

Un Padrenuestro y tres Avemarías al séptimo coro angélico.


SALUTACIÓN VIII

Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de los Arcángeles, quiera el Señor concedernos el don de la perseverancia en la fe y en las obras buenas, para que podamos conseguir la gloria del paraíso. Amén.

Un Padrenuestro y tres Avemarías al octavo coro angélico.


SALUTACIÓN IX

Por intercesión del glorioso arcángel san Miguel y del coro celeste de todos los Ángeles, dígnese el Señor concedernos que nos guarden en la presente vida mortal, y después nos conduzcan a la gloria eterna de los cielos. Amén.

Un Padrenuestro y tres Avemarías al nono coro angélico.

A continuación se rezan cuatro Padrenuestros: el primero a San Miguel, el segundo a san Gabriel, el tercero a san Rafael, y el cuarto a nuestro Ángel Custodio.

Antífona. Gloriosísimo príncipe san Miguel arcángel, cabeza y jefe de los ejércitos celestiales, depositario de las almas, vencedor de los espíritus rebeldes, doméstico en la real morada de Dios, nuestra guía admirable después de Jesucristo, y de excelencia y virtud sobrehumanas, dignaos librar de todo mal a todos los que acudimos a Vos con confianza, y haced por medio de vuestra protección incomparable que adelantemos cada día en servir fielmente a nuestro Dios.

V. Rogad por nosotros, oh gloriosísimo San Miguel arcángel, príncipe de la Iglesia de Jesucristo.
R. Para que seamos dignos de alcanzar sus promesas.

Oración. Omnipotente y sempiterno Dios, que con un prodigio de bondad y misericordia para la salvación de todos los hombres elegisteis por príncipe de vuestra Iglesia al gloriosísimo san Miguel arcángel; os suplicamos nos hagáis dignos de que con su benéfica protección nos libre de todos nuestros enemigos, para que ninguno de ellos nos moleste en la hora de nuestra muerte, sino que seamos conducidos por él a la presencia de vuestra divina Majestad. Por los méritos de Nuestros Señor Jesucristo. R. Amén.




LETANÍAS DE LOS SANTOS ÁNGELES

Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos.Cristo, escúchanos.
Dios Padre, Creador de los Angeles,
Dios Hijo, Señor de los Angeles,
Dios Espíritu Santo, Vida de los Ángeles,
Santísima Trinidad, delicia de todos los Ángeles,
Santa María, Reina de los Ángeles, ruega por nosotros.

Santos Serafines, ángeles del Amor Purísimo de Dios, rogad por nosotros.
Santos Querubines, ángeles guardianes de la Ley de Divina,
Santos Tronos, ángeles sobre los que se asienta la gloria del Altísimo,
Santas Dominaciones, ángeles ejecutores de la voluntad del Señor,
Santas Potestades, ángeles que presidís la armonía de la creación,
Santos Virtudes, ángeles que inspiráis a obrar el bien,
Santos Principados, ángeles que cuidáis los pueblos y naciones,
Santos Arcángeles, ángeles de las grandes misiones de Dios,
Santos Ángeles, mensajeros de Dios y custodios de los hombres,

San Miguel Arcángel, vencedor de Lucifer, ruega por nosotros.
San Miguel Arcángel, ángel de la fe y de la humildad,
San Miguel Arcángel, preservador de la santa unción,
San Miguel Arcángel, protector del Pueblo de Dios,
San Miguel Arcángel, patrono de los moribundos,
San Miguel Arcángel, gran príncipe batallador de los ejércitos celestes,
San Miguel Arcángel, compañero de las almas de los difuntos,

San Gabriel Arcángel, santo Ángel de la Encarnación, ruega por nosotros.
San Gabriel Arcángel, fiel mensajero de Dios,
San Gabriel Arcángel, ángel de la esperanza y de la paz,
San Gabriel Arcángel, protector de todos los siervos y siervas de Dios,
San Gabriel Arcángel, guardián del santo Bautismo,
San Gabriel Arcángel, cultivador de las vocaciones,
San Gabriel Arcángel, patrono de los sacerdotes,

San Rafael Arcángel, ángel del Amor divino, ruega por nosotros.
San Rafael Arcángel, vencedor del enemigo malo,
San Rafael Arcángel, auxiliador en la gran necesidad,
San Rafael Arcángel, favorecedor del santo matrimonio,
San Rafael Arcángel, ángel del dolor y de la curación,
San Rafael Arcángel, patrono de los médicos,
San Rafael Arcángel, protector de los caminantes y viajeros,

Grandes Arcángeles Santos, que servís ante el divino acatamiento, rogad por nosotros.
Grandes Arcángeles Santos, turiferarios de la gloria de Dios,
Grandes Arcángeles Santos, que hacéis subir al cielo las oraciones de los justos,

Ángeles para ayuda de los hombres, rogad por nosotros.
Santos Ángeles Custodios,
Auxiliadores en nuestras necesidades,
Luz en nuestra oscuridad,
Apoyo en todo peligro,
Exhortadores de nuestra conciencia,
Intercesores ante el trono de Dios,
Escudo de defensa contra el enemigo maligno,
Constantes compañeros nuestros,
Segurísimos conductores nuestros,
Fidelísimos amigos nuestros,
Sabios consejeros nuestros,
Ejemplos de obediencia,
Consoladores en el abandono,
Espejo de humildad y de pureza,
Ángeles de nuestras familias,
Ángeles de nuestros Sacerdotes y pastores,
Ángeles de nuestros niños,
Ángeles de nuestra tierra y Patria,
Ángeles de la Santa Iglesia,

Todos los Santos Ángeles y Arcángeles, rogad por nosotros
Todos los coros de los bienaventurados espíritus celestiales, interceded por nosotros.

Asistidnos en la vida (repítase)
Asistidnos en la muerte (repítase)
En el Cielo os lo agradeceremos (repítase)

Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Señor
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros.

V. Dios mandó a sus Ángeles que cuiden de ti.
R. Los cuales te guardarán en todos sus caminos

Oremos. Oh Dios, que con admirable orden distribuyes los oficios de los ángeles y de los hombres: haz propicio que nuestra vida sea protegida en la tierra por aquellos que, sirviéndote, te asisten siempre en el cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.


JACULATORIA A SAN MIGUEL

Sancte Michaël Archangele, defende nos in proelio, ut non pereámus in tremendo iudicio. (San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla para que no perezcamos en el tremendo juicio.)


INVOCACIÓN AL ÁNGEL DE LA GUARDA

Angele Dei, qui custos es mei, me tibi commíssum pietáte supérna, illúmina, custódi, rege et gubérna. Amen. (Ángel de Dios, que eres mi custodio: ilumíname, guárdame, guíame y gobiérname, a mí confiado a ti por la piedad divina Amén.)

Ángel de mi guarda,
dulce compañía:
no me desampares
ni de noche ni de día,
ni me dejes solo,
que me perdería.







1 comentario:

Aisha dijo...

Bendito sea por siempre el Principe de la Milicia Celestial, Señor San MIGUEL Arcángel.

Hago una invitación a todas las personas a unirnos en una cadena de oracion el próximo 29 de septiembre a las 9pm, dia en el que celebramos a los Arcángeles, especialmente al Defensor de Dios y de la Humanidad, el muy amado Arcangel Miguel.
Oremos por la evolución de la humanidad en paz, luz y armonía, así como por nuestra madre Tierra, que nos provee cobijo y energía.
UNAMOS NUESTRA ENERGIA, TENGAMOS FE
¡¡¡LA PAZ PREVALECE EN LA TIERRA¡¡¡